Sometimes

Sometimes

jueves, abril 19

Silence

Quizá esté de luto, quizá esté arrodillado, Quizá esté en la brecha entre dos trapecios, Pero mi corazón está latiendo y mis pulsos cobran vida......Catedrales en mi corazón y Sirenas en Sinfonía

viernes, abril 13

Origen

Cruzando el jardín de los milagros, tomé las manos con las que dicen que Dios unió polvo cósmico, aliento espacial, agua del estanque universal e hizo barro, yo no sabía si preguntar cómo es que algo tan elemental puede todo complicar, o ser soberbio y afirmar, que entre real e irreal, alguien perdió la llaves del planeta. Escribí sin esperar a las musas ni a otras fieras, ahí comprendí que la razón anda de prisa, pues es desnuda de cabellos y en los dientes, pobre de ella, en sus dientes no vive el pan de la sonrisa. Escuché el silencio y no callé, por ello, hube de ver en el sentido de la brisa, que las manadas imponían cotidianas estulticias, mientras se abrían los diques colorantes de las ondas y los satélites traían noticias sin noticia. No habían voces en los labios, ni maderos en la Cruz, era todo un abrigo de hojalata. No estaba Barrabás en el estrado, ni Jesús rendía su fuerza a los romanos, estaban deshielando al verbo ser, mientras creímos conjugar amor con odio, pasión con fe. Me di cuenta que una bala es del tamaño del Génesis, que un instante es más largo que la eternidad, que restar es sumar al lado opuesto, que un mago inventó lo relativo, y la manzana de Eva descubrió la ley de gravedad. Caín explica cómo se cae de la certeza a lo incierto, Abel supone las ocasiones y las serpientes llevan en vientre, la primigenia hija de la verdad. Nacer ¿será mentira o será verdad? En ese tiempo de momentos, de amantes instantáneas full color, encontré en la cúbica raíz de los problemas, las mil maneras de sustraer a la cifra del horror, intensas siluetas, más el algo presumible del dolor. Estos versos de amor indocumentado no son brillantes, ni siquiera es escritura refinada, soy torpe, no tengo facilidad con las metáforas, ni mucho menos facultades líricas, pero cuando me di cuenta que no deseaba ser estatua, ni nombre homenajeado en la bienal de los aplausos, decidí escribir hasta encontrar, en el solar de las palabras compulsivas, una condena que me salve del horror.

lunes, abril 2

Sesgo Cognitivo

Nubeantes espacios acosan los relatos salidos de la intempestiva huída, propuesta antes del amanecer. Corrompe el sendero la espina y la flor, ínfimo artilugio de una peste melancólica, adquirida junto al ayuno, en el fragor de la guerra cotidiana. La estulticia crema toda posibilidad de salvación. Galas de siervo, nombre de esclavo, obran como las manos de un abandonado, sustraen de cada párpado las imágenes que describen caídas y cumbres, promesas de una eternidad pasajera. Tenues elementos colapsan la espera, se acumula el recurrente memorial del repatriado. Nada dijimos de seguir o cesar, nada escribimos en el papel vació. Estábamos presupuestos en los infinitos días del regreso. A la quietud de la llovizna, agranda el deshojar del reino. Plumas de aves traslúcidas se mueven a la velocidad absurda de los astros. Quizá en el desove del rio, la frecuencia invernal tome de cada piedra: alacranes y centauros. Huella segura, esa visión atormentada, hecha delta en la confrontación de sueños y delirios. Tal vez el llanto sea el gesto contentivo del doblegado Dios de las estaciones. Tú, entre tanto, sostienes la mirada amarga del miedo. Extranjeros corrompen el latido lejano, de ese estar mío, acostumbrado en tu vientre. El camino llama feroz. Impenitente el labio escucha en su peso, recuerdos sobre la lejanía. Alguna vez el día fue nuestro vasto dominio. El Caracol absorbe los últimos hilos de luz derramados de la copa. La madrugada injuria alientos y bendiciones. Golpes al aire confrontan un enemigo íntimo. Haciendo fondo en el espejo, la demencia. Imagen orbitante, seguro vértigo atado al diadema, como una sentencia enunciada por los quiromantes del circo. Golpes de certeros heraldos preludian la continuidad de un frío porvenir. La batalla culmina el largo recorrido de un Eros desastroso y vengativo. De calladas voces y umbrales quebrados en la sempiterna inquietud de la carne, están colmadas las noticias. Señales vertiginosas retumban en los símbolos viriles de un altar ido. Cuerpos inermes completan con absoluto destino, la menuda historia de todos los días.